Consejos para mejorar la eficiencia energética de tu hogar
¿Tienes bien gestionados tus gastos personales y no sabes dónde puedes ahorrar más a final de mes? Una de las formas de ganar algo de dinero puede y debe empezar por casa, concretamente aumentando la eficiencia energética de tu hogar. Además de ahorrar dinero, también ayudas al medio ambiente.
En primer lugar, es importante evaluar primero el consumo energético de tu hogar. Solicita un certificado de eficiencia energética para tu inmueble, para saber cómo se utiliza la energía en tu hogar y dónde puedes realizar cambios para mejorar la eficiencia energética.
¿Qué es la eficiencia energética?
La eficiencia energética consiste en utilizar la energía de manera eficiente para generar el menor gasto posible. Las energías renovables son las más eficientes, no sólo en calentar agua sino también en aire acondicionado. Algunas medidas de uso racional de la energía, como apagar la luz al salir de un lugar, son sencillas de llevar a cabo, por lo que estos gestos deben complementarse con tecnologías y/o procesos que se traduzcan en una reducción del consumo a través de la eficiencia en este uso.
¿Cómo puedo mejorar la eficiencia energética?
Existen varias estrategias para aumentar la eficiencia energética de tu hogar, algunas más caras que otras. Optar por realizar pequeñas mejoras en el aislamiento térmico del interior de tu vivienda o instalar placas solares puede ayudarte a ahorrar significativamente.
Instalar paneles solares
La instalación de paneles solares puede ayudarte a reducir tu consumo de energía en un 60%. Sin embargo, la inversión inicial en este tipo de equipos puede resultar un esfuerzo financiero importante.
Ya existen formas de adquirir estos paneles en el mercado y se pueden pagar por etapas en cuotas mensuales.
Elige electrodomésticos de bajo consumo
Los equipos etiquetados como A, A+ o A++ son los más eficientes y, a lo largo de su vida útil, pueden suponer un importante ahorro en tu factura eléctrica. Incluso si realizas una inversión inicial superior a la esperada, podrás compensarla a final de mes con un ahorro en el consumo energético.
Cambiar bombillas incandescentes
Reemplazar las lámparas incandescentes por lámparas de bajo consumo, como las LED, puede representar un ahorro de hasta el 90% y tener una vida útil de 25 años. A pesar de ser más caro, el ahorro final es considerable, incluso si solo cambias la mitad de tu iluminación.
Elige materiales que mejoren el aislamiento térmico.
Otra forma de equilibrar tu factura energética es instalar ventanas dobles que aporten aislamiento térmico, tanto en invierno como en verano. Estos deben contar con marcos de PVC para mantener aislado el ambiente y evitar pérdidas de calor que se traducen en un aumento de los costes de calefacción.
Además, también puede reforzar el aislamiento de paredes y suelos. A la hora de elegir el aislamiento térmico, opte por materiales locales, reciclados y/o renovables de bajo impacto ambiental (por ejemplo, aglomerado de corcho).
Cuanto mayor es el aislamiento de una vivienda, menor es la necesidad de utilizar calefacción central y/o aire acondicionado para climatizar las habitaciones, lo que permite una gran reducción del consumo y, en consecuencia, un mayor ahorro.
Pintar las paredes y techos de tu hogar con colores claros también puede ser una estrategia de ahorro energético, ya que ayudan a reflejar la luz natural.
Controlar el uso del agua al ducharse, lavar los platos o simplemente cepillarse los dientes, además de contribuir a reducir el consumo de agua potable, también puede ser otra forma de ahorrar energía, optando por grifos y duchas que regulen el caudal de agua, cisternas de inodoro. con dispositivos de doble descarga y bombas de calor para calentar el agua.
Aprovecha la exposición al sol
Si estás pensando en construir una vivienda desde cero, debes tener en cuenta su exposición al sol. Optimizar la orientación solar, a través de superficies acristaladas y utilizando sistemas pasivos de captación solar, puede suponer un menor consumo energético y, por tanto, un ahorro en el bolsillo.